Sr. Cotard
Sr. Cotard es un ser digital, un personaje de verde croma que, por error, se cree invisible en el entorno físico. Inspirado en la enfermedad mental conocida como Síndrome de Cotard, Sr. Cotard nace de un presente en el que conviven la híper-conectividad y la soledad no deseada. Es el auténtico outsider, cuyas aventuras cotidianas simbolizan la lucha por ser auténticos en un mundo donde la visibilidad es todo.
El Síndrome de Cotard:
desubicados de forma permanente
Identificado por Jules Cotard en el 1880, el trastorno mental que ahora conocemos como Síndrome de Cotard abarca una variedad de delirios. Los afectados creen haberse perdido sus órganos internos, su sangre o alguna parte de su cuerpo, se consideran inexistentes, muertos u incluso inmortales.
En su libro autobiográfico The Collected Schizophrenias (2019), Esmé Weijun Wang describe vivir con el Síndrome de Cotard de una forma mucho más sencillo: “condenada a deambular para siempre en un mundo que no era el mío.” Es una experiencia que comparte el Sr. Cotard. Nacido en el entorno digital, su cuerpo-croma está fuera de lugar en el mundo físico. Lejos de la imagen futurista del cyborg todopoderoso, Sr. Cotard es un antihéroe del montón, un solitario desubicado, inconsciente de su invisibilidad.
Las vidas digitales:
Sr. Cotard a la merced de los demás
Una paradoja de nuestro presente híper-conectado es el creciente reto de la soledad no deseada y el aislamiento social. Un sinfín de amistades virtuales o una cuidada imagen en redes de felicidad constante no parecen evitar que personas de todas las edades se sienten cada vez más solas. En este contexto, el Síndrome de Cotard sirve de metáfora. El autoconcepto erróneo de Sr. Cotard, su desconexión total de la realidad, nos invita a reflexionar sobre la identidad digital y la conexión humana.
Sr. Cotard aparece en escenas cotidianas de lo más variopinto, de lo cómico hasta lo anodino, expresado en performance, video y fotografía. El observador se encuentra en el papel de voyuer, testigo de las picardías y percances de un ser que se cree invisible, aunque si lo desea, puede involucrarse de forma más activa. Sr. Cotard es un personaje croma y como tal, su imagen digital se puede intervenir, cambiar o trasformar; su identidad depende de los demás. Sin buscarlo, es el protagonista de historias aún por contar, a la merced de quienes eligen participar.